La Bastilla, un café de tradición

la bastilla, un café de tradición

El café La Bastilla ya estaba ahí, en ese lugar especial que aún conserva en el recuerdo de los colombianos, cuando llegaron el ferrocarril, la radio, la aviación y la televisión. En ese momento de la historia de nuestro país en el que aparecieron nuevos caminos y, con ellos, se abrieron paso nuevos sueños y nuevos retos.

Nos sentimos muy orgullosos de ser parte de la tradición y de llevar 97 años acompañando el progreso de nuestra tierra. El inconfundible aroma y sabor de La Bastilla ha estado presente en las plazas de los pueblos en los días de mercado, en la cocina de la abuela que espera a sus nietos con parva fresca, en las reuniones de trabajo en los centros de negocio de nuestras pujantes ciudades, en el escritorio al lado de un computador donde se escriben las últimas páginas de una tesis de grado de un futuro profesional.

La Bastilla estuvo presente cuando se empezó a hablar de nuestro café en todos los idiomas y muchos venían de todas partes del mundo a conocer las montañas de donde procedía; de un momento a otro los colombianos empezamos a ocupar los titulares de las noticias del ciclismo, el fútbol, la música y la literatura. También de la esperanza.

 

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Cuando llegaron los tiempos modernos, el mundo se globalizó y en todas las casas aparecieron los computadores, el internet y los celulares, pero en nuestra tierra se siguió conservando el cariño por lo tradicional, por la sazón de la abuela, la natilla y los buñuelos en épocas decembrinas, el amigo secreto para compartir los regalos y el paseo a río en los días festivos.

Es que, por más que los tiempos cambien, hay cosas que siguen siendo parte de nuestra esencia, de nuestra tradición y de nuestra historia. ¡Como La Bastilla!
Y tú, ¿qué tradición crees que nos hace ser como somos los colombianos?

 

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