Armando el desayuno perfecto

Armando el desayuno perfecto con Café La Bastilla

¿Habrá algo más colombiano que un desayuno bien “trancao”? Bueno, dependiendo de la región del país en la que te encuentres, vas a escuchar hablar de un desayuno “tabliado”, “con todos los fierros”, “tronco’e desayuno tablúo”; en fin, un desayuno perfecto.

En lo que sí coincidimos todos los colombianos, porque llevamos toda la vida escuchándolo, es en que un desayuno como Dios manda es lo más importante para empezar bien el día. También estamos de acuerdo en que el café combina a la perfección con la variedad de sabores que tiene un desayuno en nuestra tierra. ¿Qué me tomo en el desayuno? ¿Qué acompaña mejor un desayuno perfecto? La respuesta es: un café fuerte, tostado y molido, como el Café La Bastilla.

Armar un desayuno tradicional colombiano es muy sencillo: huevos, chorizo, arepas con mantequilla, quesito, caldo de costilla, changua, calentado de fríjoles… Una suma de sabores que ayudan a iniciar el día recargado de energía. ¡Y un café bien cargado como sobremesa!

Armando el desayuno perfecto

Esta abundancia en el desayuno perfecto tiene una explicación. En los tiempos en que los colonos estaban abriendo monte y fundando los pueblos, parcelas y cafetales que empezaron a impulsar esta tierra hacia adelante, era de vital importancia desayunar bien para empezar las duras jornada de trabajo, al sol y al agua.

Y nosotros heredamos el gusto por la tradición y por los sabores de nuestra tierra. Y cada tanto, cuando regresamos a las montañas o las añoramos desde casa, es inevitable encontrarnos con un desayuno “trancao” que nos espera para recordarnos de dónde venimos y qué es lo que nos hace realmente colombianos.

Por eso es que Café La Bastilla, con su aroma, sabor y rendimiento famosos desde 1919, son el complemento ideal para un desayuno perfecto. Y por eso es que un desayuno perfecto, al igual que un Café La Bastilla, es bueno hasta la última gota.

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